¿Quién fue el chulla quiteño?

¡Todos en Quito conocen o han oído hablar del Chulla Quiteño! Para algunos, representa la esencia misma de la cultura quiteña, mientras que para otras personas, es sinónimo de un atractivo seductor. Aunque se pueda pensar que este personaje ha desaparecido con el tiempo, la realidad es que todavía existe, aunque haya evolucionado y se haya trasladado a otros sectores de la ciudad.

El Chulla Quiteño: Un personaje querendón y sociable
El Chulla Quiteño era conocido por su sociabilidad y espíritu festivo. Según Alfonso Espinosa, un experto en la historia de Quito, el Chulla siempre estaba dispuesto a compartir con sus amigos, invitándolos a disfrutar de cervezas y contribuyendo económicamente en ocasiones especiales como los bautizos. Además, era el tipo de persona que conocía a todo el mundo y siempre estaba presente en todas las reuniones sociales. Ser amigo de un Chulla Quiteño significaba tener acceso a una amplia red de contactos y amistades.

En sus días de gloria, en 1930, el Chulla Quiteño vivía en un Quito habitado por más de 100,000 personas. Su vida giraba en torno a lugares emblemáticos como la Plaza de San Francisco, la Plaza Grande y la Plaza del Teatro. Sin embargo, a medida que la ciudad creció, los habitantes adinerados y aquellos que buscaban estatus social se trasladaron hacia el norte, creando una división entre el norte y el sur de la ciudad. Esta migración y cambio en la dinámica social llevó a que el Chulla Quiteño se expandiera hacia otros sectores de Quito.

Diferentes tipos de Chulla Quiteño

A lo largo de la historia, se han identificado varios tipos de Chulla Quiteño. Según Fernando Jurado, autor del libro “Chulla Quiteño”, existían el músico bohemio, el presidente (que incluía a figuras como Federico Páez, Alberto Enríquez y Galo Plaza), el futre (aquel que dejaba atrás su vida de boxeador para ingresar a la universidad y formar una familia) y el intelectual (que agrupaba a poetas y escritores). Uno de los personajes más destacados descritos por Jorge Icaza en su obra “Chulla Romero y Flores” es el Chulla de los 14 oficios y las 80 necesidades, un burócrata ecuatoriano de clase media baja, despreciado por la clase alta. Estos diferentes tipos de Chulla Quiteño reflejan la diversidad y complejidad de este personaje icónico de Quito.

El legado del Chulla Quiteño en la cultura quiteña

El Chulla Quiteño no solo era conocido por su sociabilidad y espíritu festivo, sino también por su ingenio y sentido del humor. Según Marco Chiriboga, nombrado auténtico Chulla Quiteño por el Municipio en 2006, los Chullas eran hombres preparados, músicos, escritores y poetas. Además, tenían una habilidad innata para contar chistes y alegrar cualquier ambiente con su característica sal y picardía. Evaristo Albán Mosquera, también conocido como Don Evaristo, es un ejemplo destacado de un Chulla Quiteño adoptado por la ciudad, a pesar de ser nacido en Ambato. Don Evaristo fue reconocido por su ingenio y talento artístico, dejando un legado en la cultura quiteña.

La evolución del Chulla Quiteño en la actualidad

Aunque el Chulla Quiteño ha evolucionado con el paso del tiempo, su esencia sigue viva en la sociedad quiteña. Ya no se limita al centro histórico de la ciudad, sino que se encuentra presente en todos los sectores de Quito. Su forma de vestir y peinarse ha cambiado, adaptándose a las tendencias actuales. En lugar de usar sombrero y traje, ahora viste pantalones de jean, gorras y zapatos deportivos o casuales. El lenguaje también ha evolucionado, con expresiones como “loco” o “huevón” reemplazando algunas de las palabras características del Chulla Quiteño de antaño.

El Chulla Quiteño: Un símbolo de identidad y tradición

El Chulla Quiteño ha dejado una huella profunda en la identidad y tradición de Quito. Aunque la ciudad y su sociedad han evolucionado, el espíritu festivo, sociable y picante del Chulla Quiteño sigue presente en la vida cotidiana de los quiteños. Aunque las costumbres y formas de socializar hayan cambiado, el legado del Chulla Quiteño se mantiene vivo en la memoria y el corazón de la comunidad quiteña. En la actualidad, la Plaza Grande sigue siendo un lugar de encuentro y celebración, acogiendo a propios y extraños durante las Noches Patrimoniales de Quito.

Conclusion

El Chulla Quiteño es un personaje icónico de la cultura quiteña. A lo largo de la historia, ha representado la sociabilidad, el ingenio y el espíritu festivo de los quiteños. Aunque ha evolucionado con el tiempo, su legado sigue vivo en la identidad y tradición de Quito. El Chulla Quiteño es un símbolo de la diversidad y riqueza de la sociedad quiteña, y su presencia se extiende por toda la ciudad. A pesar de los cambios y transformaciones, el espíritu del Chulla Quiteño sigue siendo una parte fundamental de la vida cotidiana y la cultura de Quito.